El escenario actual se plantea con las reformas de primera generación de 1985 (Consenso de Washington), que si bien lograron la estabilidad macroeconómica del país, generaron mayores niveles de pobreza y afectaron directamente a las comunidades campesinas. Luego en menos de una década (1994) se promulgan nuevas leyes, las reformas de segunda generación, que son vistas como un esfuerzo para que Bolivia ingrese en el camino de la modernización en un mundo globalizado. Esta reformas, aunque también concebidas para integrar a las capitales municipales rurales y a las comunidades campesinas a procesos de modernización que determinaron que muchas organizaciones se debiliten y supediten al municipalismo. Desde la promulgación de la Ley de Participación Popular (LPP), para otras como las de Raqaypampa, les permitió encontrar oportunidades y brechas en sus contenidos, las que posibilitaron fortalecer la organización y consolidar su territorio.
Así, utilizando como instrumento la LPP, la organización crea el Distrito Indígena en 1997, posteriormente sustentándose en la Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria (Ley INRA), conforman una TCO que es registrada en Derechos Reales el año 2005. Aspecto que es particular en la historia del ordenamiento territorial del país, pues se trata de la recomposición de territorios indígenas cuyos espacios fueron ocupados por la hacienda hasta la reforma agraria de 1953, y no así sobre tierras comunales de ayllus o de otra forma de organización étnica territorial indígena.
El desarrollo de un marco conceptual permitió interpretar la situación de desarrollo de las comunidades ubicadas en zonas andinas e interandinas, tal como ocurre con las comunidades de Raqaypampa en tres dimensiones:
- La primera de ellas es comprender el carácter andino de la cultura, "...nuestra cultura nos parece muy rica, porque nosotros la hacemos con nuestras propias manos, los hombres, las mujeres y los niños hacemos nuestras herramientas, nuestra ropa, nuestros instrumentos musicales; seleccionamos la semilla y curamos las enfermedades.... Tenemos una forma de vida diferente a los que viven en los valles, creencias y costumbres diferentes, y administramos de otra forma nuestro territorio".
- La segunda, es la necesidad de no aislar conceptualmente a Raqaypampa, o a las diferentes comunidades andinas del entorno contemporáneo, sea este normativo, económico o cultural.
- La tercera, hace referencia a las estrategias de intervención que se plantean las ONGs en los espacios comunales.
Partiendo de la afirmación, generalmente aceptada de que las ONGs ocupan el espacio de desarrollo al que no puede dar cobertura el Estado, en la intervención se produce tal asimilación de dicho rol, que su actuación llega a realizarse desde visiones de desarrollo ajenas a las comunales, aspecto que produce tal como ocurre con las influencias externas, impactos perversos para la lógica comunal.
En un contexto signado por un escenario de intensificación de las relaciones de mercado propia del proceso de globalización y por un proceso sociopolítico que avizora un cambio en la visión de Estado y en la descolonización del pensamiento de la sociedad nacional acerca de los pueblos indígenas y campesinos, es relevante rescatar las experiencias de desarrollo económico local, en un territorio donde la organización campesina asume roles protagónicos.
Este protagonismo tiene como elemento sustantivo la dinámica de las formas de representación y de la conformación y control del territorio. Es así que, en los últimos veinte años y durante el proceso de reconstitución de su territorio, la organización campesina lleva adelante sus estrategias de desarrollo en diferentes ámbitos articulados entre sí.