La búsqueda de nuevas formas de cooperación, de capacidades de actuación colectiva y de capacidad de propuesta en la definición e implementación de políticas sociales en articulación con el Estado es un desafío para la sociedad civil pero también para los actores de gobierno. Esta búsqueda se da en los diferentes niveles de gobierno y de organización de la sociedad.
Una primer política pública relacionada con la experiencia es la vinculada a promover formas de cooperación entre las organizaciones sociales y entre ellas y los niveles subnacionales de gobierno (gobiernos departamentales). En el transcurso del Proyecto se han ido incorporando diferentes actores a espacios de trabajo; primero en torno a objetivos comunes y objetivos concretos y luego en sus asuntos locales, ya no tan concretos y en sus capacidades organizativas.
Una segunda política pública está vinculada a establecer e institucionalizar espacios públicos de concertación y agendas que incidan desde esos espacios en la definición de las políticas públicas locales. Cuando se impulsa esta línea de trabajo es necesario tener en cuenta los desafíos que representa desde las lógicas de actores y también en función de aspectos contextuales. El estrecho vínculo entre el proyecto y actores del gobierno local (quienes fueron los que nos plantearon la necesidad de un proyecto de este tipo) siempre nos hizo pensar que una de las mayores amenazas para su ejecución era quedar "prisioneros" de la campaña política electoral.
Uno de los nudos fue lograr separar los vínculos entre organizaciones y los contenidos de las agendas locales de las identidades político partidarias y las agendas electorales. Pasadas las campañas políticas de las elecciones nacionales, las departamentales y asumidos los nuevos equipos de gobierno, podemos decir que hemos resuelto exitosamente esta situación. Nuestro abordaje del tema fue comprometer a todas las fuerzas político partidarias en su apoyo al proyecto, en tanto beneficioso para el conjunto de la sociedad coloniense, a partir del diálogo con sus representantes en el legislativo local así como con los Directores y Secretarías involucrados en el tema social.
Otro fue en relación a la apropiación que las organizaciones sociales hicieran del proyecto, dado que las hipótesis que manejamos inicialmente debían ser contrastadas en su ejecución. Estas se han cumplido según nuestras previsiones y finalizado el proyecto hemos accedido e integrado a las mesas sociales locales un conjunto de organizaciones y participantes plenamente satisfactorio desde lo cuantitativo a lo cualitativo.
Finalmente, el manejo de las posibles asimetrías y prejuicios entre las organizaciones sociales, no acostumbradas a trabajar en una lógica territorial. En ese sentido, la estrategia de vincularlas a partir de la capacitación fue adecuada. Los principales resultados de la capacitación (planificada como cursos-talleres de conocimiento e intercambio entre las organizaciones sociales) están en el conocimiento mutuo y generación de confianzas entre los participantes desde la discusión de sus problemáticas y objetivos comunes, a partir de la gestión de los conflictos y las asimetrías desde la coordinación del taller.
Las propuestas de capacitación implementadas durante el proyecto apuntaron al fortalecimiento y la articulación de los actores, a la vez que se buscó que las relaciones entre los participantes de varias localidades se fueran fortaleciendo y que los mismos talleres fueran convirtiéndose en ámbitos más complejos y con capacidades de propuesta más articuladas y complejas también. Así se construyeron diversos espacios de articulación y concertación en torno a la definición de agendas locales. La incorporación de actores de gobierno requirió cambios de lógica por parte de sus interlocutores. El trabajo en "lo local" implicó establecer esos espacios inexistentes (la creación de "mesas locales" y la definición de "agendas" por parte de actores de la sociedad civil). Fue necesario construir "espacios y agendas supralocales (departamentales en forma simultanea y en una permanente tensión "local-global", donde se trabajó con diferentes escalas de "lo local" para minimizarla.
Para concretar sus agendas, los grupos locales trabajan sobre la identificación de los principales problemas locales, las soluciones posibles y los elementos con los que se debe contar para llevar adelante las acciones, tanto de la comunidad como del actor de gobierno, con diferentes niveles de avance en su visión de proyecto local, de consolidación de grupo y de concreción de propuestas. Las agendas son claves de trabajo y continuidad con los actores de gobierno local y las antenas locales del gobierno nacional o y los ministerios y programas en políticas sociales con llegada local.
El proceso de elaboración de las agendas fue un aprendizaje colectivo para los grupos locales, no exento de dificultades, que les habilitó trabajar sobre temas y estrategias de mayor complejidad a las propias de cada organización trabajando por separado.
El proceso de articulación entre el gobierno local y las organizaciones sociales que trabajan en conjunto se afianza en la medida que se empiezan a realizar actividades de manera conjunta. Se realizaron reuniones de trabajo y seguimiento de Agendas entre los representantes de gobierno y los ámbitos de encuentro locales promoviendo una modalidad autogestiva en la continuidad de ese canal de comunicación. En 2006 se concreta un ámbito permanente de relacionamiento entre el Gobierno Departamental y las Organizaciones de la Sociedad Civil: el Consejo Consultivo Departamental en Políticas Sociales y Políticas Públicas, convocado por el Gobierno Local, quien asume su compromiso al proponer este proyecto. Constituye un paso importante en la consolidación de un mecanismo de definición de políticas públicas entre Gobiernos Locales y Sociedad Civil como resultado de un proceso de construcción de agendas y espacios locales de encuentro y no a partir de la creación de ámbitos que no generan apropiación posterior.